Cómo las contracturas musculares faciales forman arrugas (y por qué el trabajo corporal es clave)
¿Sabías que muchas arrugas no aparecen por el paso del tiempo, sino por tensiones musculares crónicas en el rostro y el cuerpo?
Nuestro rostro refleja literalmente cómo nos sentimos, y cuando los músculos permanecen contraídos por estrés, malas posturas o gestos repetitivos, se forman las temidas líneas de expresión.
Las contracturas faciales y su relación con las arrugas
Los músculos faciales están en constante movimiento: reímos, hablamos, fruncimos el ceño… Pero cuando se mantienen tensos demasiado tiempo, pierden elasticidad y “tiran” de la piel en puntos específicos, creando surcos y arrugas.
Además, estas tensiones impiden una buena oxigenación e irrigación de los tejidos. Al no circular bien la sangre ni la linfa, la piel se ve más apagada y envejecida.
El papel oculto de la aponeurosis del cráneo
La aponeurosis epicraneal (o galea aponeurótica) es una lámina fibrosa que recubre el cráneo y conecta los músculos frontales con los occipitales.
Cuando esta estructura está rígida o “pegada”, la piel del cuero cabelludo y del rostro pierde movilidad, se dificulta la circulación y la piel recibe menos nutrientes.
Esta falta de irrigación puede manifestarse como:
- Pérdida de luminosidad facial
- Flacidez en la frente y el contorno de ojos
- Aparición temprana de arrugas en el entrecejo o el contorno de la boca
No solo es cuestión de cara: la importancia de espalda, trapecio y platisma
Nuestro rostro no está aislado del cuerpo. Las tensiones en la espalda alta, cuello y trapecio se reflejan directamente en la expresión facial.
El platisma, un músculo que conecta el cuello con la mandíbula y la parte inferior del rostro, también juega un papel crucial: cuando está tenso o acortado, arrastra los tejidos hacia abajo, acentuando la flacidez y el doble mentón.
Por eso, para rejuvenecer el rostro de manera real y duradera, es imprescindible liberar las tensiones corporales que lo afectan.
Cocoon Kobido: mucho más que un masaje facial
Nuestro tratamiento Cocoon Kobido) trabaja de forma integral:
- Libera las contracturas faciales y craneales.
- Despega la aponeurosis para mejorar la irrigación y oxigenación.
- Relaja cuello, trapecio y espalda, devolviendo armonía postural.
- Activa la energía vital del rostro, estimulando la regeneración natural de la piel.
El resultado: una piel más luminosa, tersa y rejuvenecida… y una sensación de bienestar profundo.
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